Los pintores de vanguardia, ahora individualistas «neutrales» políticamente, articularon en sus obras unos valores que fueron posteriormente asimilados, utilizados y adoptados por los políticos, con el resultado de que la rebelión artística se transformó en una agresiva ideología liberal. La nueva pintura estaba hecha a semejanza de la nueva Norteamérica, poderosa e internacionalista pero preocupada por la amenaza comunista. A finales de 1948, esta nueva Norteamérica era capaz de reconocerse a sí misma en la pintura de la vanguardia porque había sido indirectamente responsable de la elaboración del nuevo estilo.

 Serge Guilbaut, 1990, De cómo Nueva York robó la idea de arte moderno,
Madrid, Mondadori, p. 253

 

El arte siempre está en diálogo con su época, ya que los artistas responden a las exigencias y condiciones de su tiempo. Así, por ejemplo, durante la época medieval el arte europeo tiene un enfoque religioso en su mayoría, sin embargo, estos artista medievales eran conscientes del sesgo que sus obras tenían al producirlas, es decir, conocían bien los fines religiosos del arte, aun cuando no tuvieran completa consciencia de la maquinaria político-religiosa que operaba en aquella época.

Las vanguardias de comienzos del siglo XX, como el dadaísmo, el constructivismo ruso o el surrealismo, tomaron posturas políticas y sociales bien definidas, e intentaron expresarlas a través de sus obras; algunas veces a favor del estado, otras veces contra de él, pero siempre cuestionaron el statu quo dominante, ya en el terreno del arte, como en lo político y social.

El expresionismo abstracto surge en un mundo polarizado, en un extremo estaba el comunismo, y en el otro el capitalismo, pero mientras en Europa los artistas se adhieren a una u otra causa, en Norteamérica los artista deciden retraerse dentro de sí mismos, para expresar su individualidad como forma de protesta pública, alejándose a la vez de cualquier tendencia política, bien comunista o capitalista.

Sin embargo, está expresión de la individualidad, de la ansiedad y la angustia norteamericana causada por la Guerra Fría, fue asimilada por los políticos y usada como estandarte de la libertad y la vanguardia que el sistema capitalista norteamericano ofrecía al mundo en oposición al totalitarismo comunista. Norteamérica incorporó esta nueva expresión del arte dentro de la ideología de progreso y libertad del modo de vida americano, y usó al expresionismo abstracto como una poderosa arma ideológica contra la amenaza rusa del comunismo.

Pese a la manipulación política a la que fue sometido el expresionismo abstracto, éste logró abrir un sendero en la tradición del arte para que la expresión de la individualidad, junto con la ansiedad y la angustia que provoca la incertidumbre y la libertad del mundo actual, fuera considerada una forma de cuestionar y responder a los problemas políticos y sociales.

Avizarro Mosaico

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